Y eso que lo amo, por no decir que es casi mi religión. Tras la penúltima jornada de Liga y las victorias tanto del FC Barcelona como del Real Madrid me ha sorprendido mucho que una entidad periodística deportiva madridista y de gran tirón en este país sacara en su portada el titulo de “Empujón hacia la titulo” haciendo hincapié al posible (y repito posible, para mi no lo fue) penalti de Piqué a Kanouté. Poner ese titulo de una portada tras ver los dos partidos es para quitarle el titulo de periodismo al que lo ha escrito y mandarlo a la cola del INEM.
Se puede ser madridista, y admirar el final de liga del equipo merengue, la capacidad de reacción y seguimiento al gran rival, de la exagerada cantidad de puntos que tal vez no valgan una Liga, e incluso de la determinación de Ronaldo, pero nunca se podrá decir que esa acción fue un error arbitral que vale una Liga, o que “un buen empujón y ya está la Liga” porque no es verdad, porque el mismo merito que tiene el Real Madrid lo tiene el FC Barcelona y porque el equipo de Guardiola fue superior al Sevilla y pudo golearlo, pese a que acabo pidiendo la hora. Me parece muy indignante una portada así, ya lo dijo Guardiola que habrá otro equipo que gane seis títulos consecutivos, pero ya duda que haya otro que gane los seis y tenga a falta de una jornada 98 puntos”.
Ya lo decía John Carlin este domingo en el País, y que razón tiene que “cualquier reportero si es honesto, lo reconoce: el periodismo es un oficio indigno” ya que “tras tragar tanta bilis para entrevistar a un jugador, el terrible desenlace es que el pequeño rey no te dice nada”, si a eso le sumas portadas como esta, el ser redactor es ya un insulto. Por eso reafirmo que me da asco portadas de ese tipo que quieren hacer ver lo que no es verdad, e increpar una polémica para nada justa porque el Barça esta donde esta por los mismos meritos que el Madrid, bueno los mismos más un punto…
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En las últimas semanas he llegado a la conclusión de que soy un afortunado, algo que puedo hacer extensible al resto de la sociedad, y si me apuran, al resto del planeta. Tenemos la gran suerte de poder presenciar la mejor Liga de Futbol del mundo, aquella en la que juegan los mejores jugadores de fútbol y que en el futuro podrían formar parte del Olimpo de los Dioses de este deporte, con sus mejores plantillas y pulverizando registros de puntos y realizadores.
Es cierto que como buen aficionado culé sería un revés duro no vencer el campeonato liguero tras la derrota contra el Inter en la semifinal de la Champions League, y la ya digerida en Copa del Rey contra el Sevilla y más aún cuando venimos de firmar la mejor temporada de la historia ganando 6 títulos en un año. Podemos pasar de ganarlo todo a no ganar nada.
No es menos cierto que el Barcelona ha sido fiel a su filosofía de fútbol a pesar de los planteamientos de los oponentes. El fútbol es así, no solo tienes que meter el esférico en la puerta rival sino que has de evitar recogerla de tus propias redes menos veces que el equipo contrario. Y precisamente en eso ha fallado el Pep Team, una tarde-noche aciaga en el Guiseppe Meazza contra el Inter y se diluyeron todos nuestros sueños y los de tantos aficionados al buen fútbol que disfrutan viendo a Messi, Xavi, Iniesta y compañía.
En el fondo de mi memoria no logro recordar una liga parecida, con tanta igualdad hasta el final como esta. El Madrid presume de pegada, y es que nunca pensé que Gonzalo, el Pipita, Higuaín, ese jugador que venía para hacer olvidar a Ronaldo al aficionado madridista y a quien recibieron con el chascarrillo “Sí, sí, Igualín que Ronaldo” sería capaz de alcanzar la cifra de goles, que a falta de 2 jornadas al escribir estas líneas es de 25 goles en Liga. No es menos cierto que su fútbol aburre a las mismas piedras, a pesar de haberse gastado una ingente cantidad de dinero en época de crísis económica global, y en la que los bancos te piden hasta informe de últimos movimientos para concederte un préstamo, pero que no escatima con tal de fichar a CR9 y disfrutar con sus “últimos movimientos” con la pelota tanto dentro como fuera del campo.
Tiene pegada pero no juega como un equipo. Ganará pero no convencerá. Disfrutarán con sus victorias pero sufrirán con su juego. Efímero pero no eterno. En blanco y negro pero no en color. Sofisticados pero básicos. No me puedo rendir a ese fútbol que tan poco me gusta independientemente del color de la camiseta. Nada tiene que ver. La fidelidad, a unos colores, a un estilo de juego, a una cantera, a un objetivo, a una afición… eso me hace sentirme orgulloso pase lo que pase a final de temporada.
Esta noche cruzaré los dedos y esperaré que el Barcelona llegue a la última jornada aún de lider. Sino es así, seguiré apoyándoles siempre. You’ll never walk alone!!!!
Los amemos u odiemos, ambos equipos nos estan haciendo disfrutar de la mejor liga que recuerdo.
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